viernes, 4 de noviembre de 2011


El cruel.


Quizás para él esta no sea una historia, pero para ella fue una experiencia completa. Siempre que le preguntas por eso, se le escapa una sonrisa pícara al recordar todas las cosas que llegó a hacer por él y las locuras que él hizo con ella. Pensar que todo comenzó por una canción..

Él es un hombre brillante, muy talentoso. Excelente en lo que hace. Su habilidad para persuadir es admirable. Consiguió que ella no solo se fijara en él, sino que también la hizo fiel a un par de ojos y la mente de su dueño. Ser fiel a una serie de encuentros que se daban solamente en sus cabezas. Tan reales, pero tan intangibles a la vez. Distancia, dulce tormento. Pero siempre encontraban la manera de seguir con la fantasía, sin importar las circunstancias.

Algunas veces ella se quedó después del trabajo para verse con él, conversar y luego tocarse un poco, o puede que mucho.. quizás muchísimo. Ella no olvida una ocasión en que a él lo encontraron sin ropa, y solo supo decir "es que hace calor".

Aquellos amaneceres que compartían. Las mañanas empezaban con ese ritual de mirarse mucho desde la noche anterior. Le gustaba verlo tocar la guitarra, oír su voz, sentirlo cerca. Podían estar muy lejos, pero él estaba más cerca de ella que nadie. 

"dindi"

Ella podía llegar al día siguiente de una fiesta, pero lo último que haría antes de dormir sería escribirle al menos una línea para recordarle cuanto lo necesita en su vida real y lo bien que la pasarían si el estuviera cerca. Ella sería su cómplice. Esa dosis de calor, adrenalina, desenfreno, impulsos, necesidad, ganas.. y esas cosas que a veces necesitamos para recordar que la vida siempre debe ir hacia adelante, pase lo que pase. 

No creo que haya imaginado que aquella chica loca que se le acercó de casualidad mientras buscaba un cigarrillo en una fiesta se volvería su compañera secreta de viaje más adelante. Creo que ella tampoco pensó que se encariñaría ni aprendería con él tantas cosas de la vida. Buenas y malas. 

La lengua tiene la capacidad de dar vida y dar muerte. El le hizo sentir el cielo y la revolcó en el infierno. Un día le confesó que estaba enamorado de alguien más, y si llegaban a tener algo más adelante, ella solo serviría para matar el tiempo. Su menosprecio la hirió mucho, así que decidió armarse de valor y alejarse de esa situación sin futuro. El que no valora, no merece.. pero las ansias por ese encuentro tan esperado eran más fuertes.

Faltaba muy poco por concretar todas esas fantasías, sueños y deseos reprimidos por la maldita distancia, pero pasó lo que nadie vio venir.. Apareció alguien más, dispuesto a darlo todo por hacerla feliz. Así, de la nada. Llegó otra persona a recoger los pedazos que quedaron de esa chica, los sacudió, los abrazó y decidió tomarlos como suyos.

Rompió en llanto. -"¿Como puede ser posible que una semana antes de terminar con esta espera y tenerlo finalmente entre mis brazos, venga este otro ser a meterse en mi vida y pretenda jurarme amor eterno?" No fue un llanto de emoción. Fue un desconcierto total. Un descuadre a su siempre ''planificada'' vida. Corrió a llamarlo, a decirle que lo suyo ya no podrá ser porque ella ha decidido que se casaría con otro hombre.

Así que cada quien siguió con su vida, cada cual por su lado.. pero ambas historias fracasaron. Él la encontró derrotada y llorosa en la entrada de su casa. A ella le tocó leerlo preocupado, muy triste y ver como se fue resignando conforme fue pasando el tiempo.

Pasó el tiempo, las heridas de cada uno fueron sanando.. y volvieron a ser dos soledades que se buscaban en ratos de debilidad.

El tan ansiado encuentro se daría finalmente una mañana nublada de lunes.

La escena de él llamándola desde la parte de arriba de las escaleras que llevan a la playa, cuando ella ya había bajado y se encontraba en la arena.. Ella solo lo miraba pensando en que quizás esa sería la última vez en que él le dirigiría la palabra, mientras repasaba en su cabeza y cuerpo la escena anterior a esa..

Su sensación, su olor, su sabor.. Esos besos, ¿cómo es posible que esa misma boca pueda ser tan destructiva? ¿Cómo puede hablar de finales si esto es apenas un comienzo?

Él le hizo entregar la llave de aquel hotel en la mano, pero ella no la utilizó.  No le vio sentido en volver a esa habitación si no era para estar con él una vez más.

Su sensación la acompañó durante algunos días. Como lo dejaría de pensar si aún lo sentía quemándole por dentro. Ese cosquilleo que solo te saca una sonrisa delatora, de esas que no se pueden ocultar. 

Todo parecía estar bien, pero para él no. Simplemente se alejó, desapareció de su vida. Sin razones ni un adiós. Así es él, siempre gana. Tan indiferente. Él no pierde, la otra persona sí. Por eso ella siempre le llamaba "Señor Cruel". Él siempre disfrutó de aquel título. Entre tragos que iban y venían ella sacaba las garras e intentaba defenderse, pero ese rol nunca le sentó bien.

Tal vez todo debió quedar como sueños que nunca se volvieron realidad. Tan solo un cuento más, de las manos que no la tocaron y del cuerpo que fue más suyo que de otros, sin poder poseerlo..

Pero ella no se arrepiente. Él le devolvió las ganas de vivir, le recordó que aún hay caminos por recorrer, historias que contar, errores que cometer, bocas que besar, sueños a los que aferrarse sin importar lo que el mundo piense.

"noches eternas"

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"El cuento que cuento no siento que quiera ser.


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